En un mundo cada vez más necesitado de energías limpias y tecnologías de vanguardia, Bolivia se encuentra en una posición envidiable.
Con sus vastas reservas de litio, estimadas en 21 millones de toneladas, el país no solo tiene la oportunidad de convertirse en un actor global clave en la transición energética, sino también de impulsar su propio desarrollo económico de manera sostenible.